lunes, 15 de junio de 2020

El niño aprendió a caminar

El poeta - El niño - Mefistófeles

El poeta: Mi padre solía ser un gran hombre de carácter, nunca fui demasiado para él porque hablaba en un vocablo que al parecer el no entendió jamás; y siempre aprecié las flores. Me replanteaba mi propia sensibilidad intentando vivir los proceso con alevosía ante mis padres que carecían completamente de una, y por lo tanto aún así me sentía parte de los malditos poetas olvidados porque tampoco hacen nada de sus vidas más allá de ser recordados por un par de amigos de tragos; y de vuelta al hogar, me detenía en algún lugar donde podía ofrecerle un poema a alguna flor del camino. 

El niño: mi padre es borracho, mi madre tiene los sentimientos a flor de piel, pero no cuida a sus hijos. Nunca cree un vínculo emocional a temprana edad, y era mejor para mí porque desconfiaba de todos. Pasaba hambre y frío, terminé construyendo un personaje con los demás niños de mi edad para intentar sobrellevar esta realidad. A veces me golpeaban en casa, porque mis padres estaban demasiado olvidados en ellos mismos, estresados, alienados, con los ojos invertidos. Me iba todo el día de calles en calles y aprovechaba el tiempo para leer esos libros que veía leer a algunos adultos más serenos. Ya había perdido harto hasta que encontré un amigo, que me abrió la consciencia de un golpe, una vez me escribió esto:

Cariño, niño de los pétalos, alguna vez no tendrás ojos, sino espinas en las cuencas;
¿Porqué te has despertado tan temprano? A veces te temo, como un niño a lo desconocido,
pero tú eres niño y no temes a nada, por eso eres un pétalo encendido, estás demasiado triste,
te has convertido en un niño azul, y lo único que puede consolarte ahora son las palabras precisas,
quizás un poeta, pueda calmar las ansias de tú conocimiento prematuro.

Dame un beso querido niño, yo no te lo daré jamás, pero tú dame un beso,
y será mejor que aprendas las grandes artes, porque estás creciendo demasiado rápido, las necesitarás
yo en ti veo el gran velo desnudo, el silencio atronador y un tornado hecho de oro puro,
quiero verte crecer, por favor no te rindas, que quiero verte crecer.

Mefistófeles: Siempre el humano cree merecer algo, ya sea por su sufrimiento basto o porque realmente lo cree. Y es real que merecemos muchas cosas, ellos no se conforman por eso adoro a los hombres, porque sus ansias de poder los hace grandes, no importa cuanto tengan, siempre necesitarán llenar tantos vacíos. Que dulce es cuando olvidan el sentido de sus propias vidas porque así sus almas me pertenecen, se entregan a los vicios y los vínculos que vienen y van sin mirarse entre ellos. El fin del mundo los vuelve aún más dulces, sobre todo a los niños que cargan en sus espaldas todos estos dolores, pero como aún no son conscientes, no logran darse cuenta, creen que lograran ser alguien en la vida, como si ser alguien fuera digno de merecerse, así que claramente nosotros debemos buscarnos en algún lado, sino ¿Porqué existo?



No es como que quisiera idealizar al Mundo, a veces nos enseñan formas extrañas de apreciar las cosas; tampoco es que nos enseñen a lidiar con la vida real. 

Bueno en cada escrito haré una especie de introducción dramática, porque me gusta ese ejercicio atmosférico; "El niño aprendió a caminar" habla de procesos inconscientes que se desarrollan en la mente a medida que vamos creciendo. Si colocamos a este niño bajo ciertas experiencias vemos como puede reaccionar, cuando este niño lleva la verdad en el corazón:

Para mi es simple, tener una escala de valores como ser humano, si simplemente quieres comenzar a tener una vida más sana y espiritual empieza por dejar de comer animales que son tus compañeros en esta vida. Este gran Mundo al que llegamos todos por igual, donde la Tierra es libre, el agua, la naturaleza y por tanto nosotros ¿En que momento nos han arrancado esa libertad? de una cachetada cuando éramos niños. 

"El niño aprendió a caminar":

     Este niño no era realmente "él", pongamos que se llamaba el niño de los pétalos. Porque en su casa la criaron como Sofía, desde muy temprana edad. 
    Como buen niño, era bastante inquieto, curioso; siempre competía con los niños, pues las niñas eran tan incomprensibles para él, y los niños eran demasiado básicos como para que fueran un tema que tratar.

    El niño de los pétalos desarrolló una peculiar forma de mirar el mundo, era un niño bastante amable pero con carácter. Se fue de casa muy temprano, porque el mundo le parecía demasiado sorprendente para descubrirlo por si sólo, y además en cuanto fue creciendo rápidamente comenzó a tener problemas por su sexualidad; él por supuesto no lo comprendió del todo, sino después de mucho tiempo de una búsqueda incesante hacia dentro y hacia afuera.

   Siempre pudo ser directo con lo que sentía porque las niñas se sentían cómodas con él, al parecer él también parecía una niña y entre sus piernas también tenía secretos. Pero cada vez que intentaba acercarse, cuando era pequeño, un sin fin de mariposas revoloteaban rápidamente hacia sus adentros; creía ver en el mito de la mujer algo demasiado profundo, misterioso e increíble. Él estando ahí mismo no lo podía descubrir, las niñas siempre fueron demasiado complejas en todas sus formas y facetas, y a medida que pasaba el tiempo el niño de los pétalos también fue descubriendo a todas esas niñas dentro de sí. Era un niño con muy pocos límites, quizás encarnaba algo demasiado nuevo para ser escrito, y a medida que iba creciendo esos límites se iban intensificando.

   En sus viajes conoció a un amigo, ya viejo pero agradable y dispuesto a escuchar sin juzgar. Este gran amigo se hacia conocer por ser un gran poeta de la época encarnando todas las virtudes y vicios de la sociedad, pero el sólo escribía, escribía y contemplaba. Era demasiado interesante escuchar a este joven tan extraño y dividido. 


              "Cuando un adulto entra en el mundo de las fábulas, ya no puede salir más"

Me propongo escribir de forma distinta, cambiar el típico ejercicio autorreferente o meramente teórico, por este ejercicio entretenido, inventado, y fácil de llevar y sentir. Así que voy creando una historia para exponer diferentes temáticas que me llamen la atención y el lector pueda identificarse. 

Mis personajes siempre son un niño y un poeta, el niño que lo vive todo, y el poeta que lo ve todo y por supuesto es el que escribe. Existe un tercer personaje que siempre puede ir cambiando para dar una interpretación diferente a la atmósfera. Ninguna idea es necesariamente real, inventado o fantasía, pueden serlo todo a la vez, y es interesante el ejercicio de plantearse debates internos a través de lo que podemos comunicar.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario